La semana pasada en clase os puse el siguiente ejemplo:
¿Cómo se mantiene viva una cultura organizacional?
Una forma es mediante la selección de nuevos candidatos: (aquellos que se adaptan mejor a la cultura de la organización)
Por ejemplo: Disney contrata/aba a personas con un perfil definido: jóvenes, solteros/as, sin defectos físicos visibles, más delgados que el promedio, más altos que el promedio, etc.
No obstante, en la Constitución nos encontramos con un artículo que conocemos todos, dentro de los derechos y libertades: Artículo 14 “Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.”
¿Qué opinión os merece? ¿Creéis que este principio de reclutamiento y selección de personal, fruto de una política organizacional, vulnera el artículo 14 de la Constitución española?
¿Cómo se mantiene viva una cultura organizacional?
Una forma es mediante la selección de nuevos candidatos: (aquellos que se adaptan mejor a la cultura de la organización)
Por ejemplo: Disney contrata/aba a personas con un perfil definido: jóvenes, solteros/as, sin defectos físicos visibles, más delgados que el promedio, más altos que el promedio, etc.
No obstante, en la Constitución nos encontramos con un artículo que conocemos todos, dentro de los derechos y libertades: Artículo 14 “Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.”
¿Qué opinión os merece? ¿Creéis que este principio de reclutamiento y selección de personal, fruto de una política organizacional, vulnera el artículo 14 de la Constitución española?
1 comentario:
A la primera pregunta que haces ¿Qué opinión os merece? No me queda por menos que acordarme del amigo León Festinger y su, tan llevada y traída, disonancia cognitiva. Cada día creo que toma más cuerpo y puede ser aplicable, tanto su espíritu como su estructura, a los distintos ámbitos de lo cotidiano. Las conductas, por lo general, contrarias a lo que en realidad pensamos o decimos creer y practicar, demuestran que la disonancia cognitiva se ha instalado en nuestras vidas para quedarse.
Expuesta esta pequeña reflexión, sólo decir que este anuncio hecho por “La Disney” es un hecho más de los que delatan la filosofía de este gran emporio comercial que disfrazado de cordero inocula el virus de la indolencia, la pasividad, la cara blanda, ñoña y cutre de la paz y el amor social en nuestros niños, convirtiéndolos en el blanco fácil y perfecto para los objetivos comerciales y de manejo sin oponer la menor resistencia. La paz y el amor social con mayúsculas, requieren de compromiso, esfuerzo, trabajo, y para entender su verdadero significado es necesario conocer el sabor, cuanto menos del sudor, y en muchas ocasiones el de las lágrimas. El mundo no es perfecto aunque Disney así lo vea o quiera hacérnoslo ver.
Las leyes que rigen las sociedades occidentales, basadas en la economía de mercado y en beneficio de intereses bastardos, se hacen tarde y mal, siempre se legisla a toro pasado, las consecuencias de ello son la ineficacia constante. Por ello, no creo que sea de mucha relevancia si este anuncio vulnera el artículo 14 de la Constitución Española o de los mismísimos EEUU. Una de dos, o son necios de remate, o bien esto segundo, son unos hipócritas redomados al servicio de su amo y señor que les dicta leyes perversas sin ningún tipo de recato y decencia, cayendo en la contradicción más absoluta, la negación del mismo ser humano como ente vivo e inteligente capaz de adaptarse a las necesidades del entorno con más rapidez y eficacia que los propios legisladores. La actualidad que vivimos está despertando incluso a las mentes narcotizadas con los virus virtuales de los mundos de yupi.
Yo creo que la cultura de la organización debe ser viva, dinámica, flexible y de crecimiento diario, sin tabúes ni doctrinas, sin barreras ni individualismos, sin más competitividad que la de alcanzar cuanto antes la estructura necesaria para que germine una IDEA NUEVA de crecimiento sostenible, que dignifique al ser humano y su obra, en la que haya un lugar para los sueños de futuro en este planeta frágil, hermoso y prestado que debemos dejar en las mejores condiciones posibles para los que nos sucedan en el futuro inmediato.
¿Os parece que esta cultura o filosofía organizacional expuesta mantendría vivo el planeta, nuestra organización global?
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